lunes, 14 de mayo de 2007

Gallinas


A pesar de su historia y de que se ha autodenominado en más de una ocasión “el más grande” River Plate salió a jugarle a San Lorenzo haciéndole honor a su mote de gallina. ¿Con que finalidad?, quien sabe. Lo cierto es que el equipo más caro del fútbol argentino vino a colgarse del travesaño con la excusa del jugador menos, y se llevó un punto que no le sirve de nada, solo para ayudar a ¿Boca?...Dios los cría y ellos se ayudan.

Este es un blog de San Lorenzo, pero el estupor causado por la forma miserable en que River planteó el partido de ayer merece una reflexión aparte. El conjunto del “llorón” de Passarella tenía frente al ciclón la última chance de pelear por un campeonato que ya lo despidió hace fechas, pero que matemáticamente lo mantenía expectante, por eso, tenía la obligación de salir a ganar el partido para achicar distancias, pero paradójicamente y más allá de la expulsión de Galván, River vino al bajo flores a defenderse casi con sus once jugadores, hizo a la perfección un planteo mezquino, sin ideas y con el solo objetivo de reventar la pelota y mandarla lejos para pescar un contragolpe o simplemente para evitar que San Lorenzo llegara al gol. Sorprendió mucho esta actitud si se tiene en cuenta que el empate descartaba definitivamente a River de la lucha por el título (está a seis del ciclón) y solo servía para que Boca se acerque al santo. Pero no sorprende tanto si se tiene en cuenta que a lo largo de la historia estas dos instituciones han protagonizado históricamente el clásico más absurdo de todos, (porque siempre fueron funcionales la una de la otra, y la supuesta rivalidad solamente se dirime en el poder que puede obtener cada uno) y que logra trascendencia solo por la magnificación que le dan los medios. Con esta historia quedó nuevamente demostrado, River solamente quiso empatar, ¿los motivos? Solo el entrenador y sus jugadores lo saben.

Otra cuestión pasó por el conjunto de Ramón al que una vez más le sobró actitud y ganas de ganar el partido, pero al que también volvió a faltarle fútbol, porque Lavezzi y Fernández, los dos de punta, no lograron conectarse con el mediocampo, pero tampoco pudieron transformarse en una referencia de área como suele serlo Silvera. Con un hombre de más, probó con línea de tres y agregó un volante que se sumara al mediocampo, después intentó con “malingas” para que se incrustara entre los centrales millonarios. Intentó por derecha con las proyecciones de González (no estuvo muy preciso) y centralizó mucho el juego con Hirsig y Ledesma, probó con Centros y arrestos individuales del “pocho” y la “gata”, pero nada resultó para romper la férrea defensa visitante, sin dudas, el equipo más mezquino que enfrentó San Lorenzo en lo que va del torneo. Es verdad que la capacidad de vulnerar un planteo rival debe ser una virtud del conjunto atacante y San Lorenzo no la tuvo, pero también es verdad que San Lorenzo se vio sorprendido por el planteo de un “desconocido” River que actuó como si se tratara de un club chico.

La punta sigue siendo de San Lorenzo y luego de dos partidos sin victorias ya no hay margen para perder puntos. Quedan cinco finales, la primera de ellas se jugará el próximo sábado en Rosario, frente a Newells.

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