
Llegó el día, por fin San Lorenzo pudo cerrar este torneo con un título que ganó de punta a punta, y muy meritoriamente a pesar de las críticas que se escucharon a lo largo del año, y de que muchos a esta altura estén retorciéndose en “sus tumbas” por no haber logrado que las cosas fueran de otra forma. San Lorenzo fue el mejor equipo del campeonato y lo demostró en la cancha, bien lejos de los micrófonos, algo que estuvo muy de moda en este semestre. Puso garra, jugó partidos brillantes y calló las voces que se escucharon por ahí…Primero el ciclón ganaba por la remera de Ramón, después los comentarios se inclinaron en la forma ¿violenta? de jugar del equipo, después la artífice de la punta era solamente la suerte…por último se auguraba la caída del team azulgrana, nada de esto paso, porque San Lorenzo fue el mejor del campeonato y lo demostró partido tras partido, fecha a fecha, piano piano…
En enero de este año parecía impensado que algo así ocurriera, pero el trabajo del “pelado” Díaz apareció en un plantel golpeado y terminó revirtiendo una historia que tuvo aristas casi trágicas el año pasado. Con la llegada de Cristian Ledesma, Gastón Fernández y Aureliano Torres se pudieron tapar algunos baches en el equipo, después el laburo, la confianza y la forma definida de juego que el entrenador le inculcó al plantel fueron fundamentales para lograr la hazaña. A este San Lorenzo no le sobraron nombres caros, ni estrellas de otras galaxias, pero si desbordó de ganas de triunfar, de hambre de gloria y eso no se paga con dólares ni euros. El ciclón fue un equipo duro, que siempre supo lo que quería, que pudo explotar sus mayores virtudes, que supo cuidar con garras las pequeñas ventajas conseguidas, que se aguantó las injusticias, y que pudo surgir en los momentos difíciles. Los demás equipos podrán haber tenidos más plantel, más nombres, pudieron haber jugado mejores partidos que San Lorenzo, pero ninguno estuvo ni siquiera cerca de tener el coraje que tuvo este campeón. Nadie jugó cada partido como una final, cada pelota como la última, nadie sintió tantas ganas de alcanzar la gloria como este grupo de jugadores, por eso es un justo campeón.
Y por eso la gente retribuyó copando todas las canchas, haciendo sentir el aliento a un grupo de jugadores que necesitaba un espaldarazo de los hinchas. Por eso la reconciliación fue tan sentida, tan vivida, por eso los jugadores se encarnaron en añejos hinchas y defendieron la camiseta azulgrana con sangre y festejaron el título como un fanático más. Por eso, rompieron todos los estereotipos futboleros, y salieron en caravana hasta San Juan y Boedo evocando las grandes hazañas de la Gloriosa hinchada azulgrana y cantaron estrofa a estrofa los grandes hits cuervos. Hoy somos todos San Lorenzo, los hinchas que sufrimos los malos momentos, los jugadores que pusieron todo para revertir las malas campañas, y Ramón Díaz quien a pesar de pertenecer a otro extracto futbolero, adoptó a San Lorenzo y lo llevó nuevamente a la gloria como el “bambino” Veira, como Manuel Pellegrini…como tantas otras reliquias del pasado.
San Lorenzo es nuevamente campeón, otra vez un 10 de junio coronó una brillante campaña, otra vez tuvieron que pasar seis años para festejar. Otra vez el pueblo azulgrana está en lo más alto del fútbol mundial. Y es justo, je.
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