lunes, 26 de marzo de 2007

Al rojo vivo.


No le faltaron matices, el clásico frente a independiente tuvo todos los condimentos necesarios para transformarse en un verdadero partidazo. Hubo horrores defensivos, siete goles, rendimientos superlativos y dedicatorias al final. Otra vez festejó el San Lorenzo de Ramón Díaz que sigue invicto, puntero y ahora también hace historia.

Fue un partido caliente, no solo por las altas temperaturas del otoño porteño, sino que también por las consecuencias de todo lo hablado en la semana previa, y por como se fueron desarrollando las cosas en el juego mismo. De arranque, el paraguayo Báez encendió la mecha metiéndole un CODAZO a la gata Fernández que Sergio Pezzotta no vio, era penal y expulsión pero al final no fue nada…

Unos minutos después Silvera se puso el traje de goleador, y ajustició a su ex equipo (como en el apertura 06), fue el 1 a 0 en el partido, y el comienzo de una seguidilla de goles sin festejo, porque minutos más tarde hizo lo propio Lucas Pusineri, pero con San Lorenzo, y en silencio decretó el 1-1 transitorio.

El frió de la tribuna roja quedó de lado, solo por unos momentos nada más, cuando Germán Denis aprovechó las distracciones del ciclón en el fondo y convirtió el 2-1 que daba vueltas las cosas en el peor momento de San Lorenzo en el partido. Pero apareció la “Gata”, y con mucha frialdad definió tras dos errores del fondo de Independiente, y con amague incluido a Ustari convirtió su quinto gol en el torneo, y cerró la primera etapa con un vibrante 2-2.

En la segunda mitad, todo el protagonismo fue de los “santos”. Desde las tribunas bajó el aliento que necesitaba el equipo para despertarse de la siesta dominguera, y vaya si surtió efecto, porque el equipo de Ramón Díaz definitivamente sintió que debía ser el único protagonista en el juego, y superar a un Independiente que había dado más de las expectativas. El “ciclón” siguió yendo en los minutos iniciales sin muchas ideas, hasta que llegó una jugada que ya es marca registrada del conjunto del riojano, porque como contra Banfield y Boca, pero con otros actores, el 3-2 cayó de una jugada abierta a la punta derecha, centro al corazón del área, y de cabeza a la red. Esta vez el destinatario final fue el “cuqui” Silvera quien con esa nueva anotación se fue transformando en la figura del apasionante clásico.

Pero claro, no hay dos sin tres, y llegó el tercero de los “rojos”, y con una fórmula repetida a esa altura de la tarde, centro al área cuerva, y gol del ex, Lucas Pusineri, para poner todo de nuevo como al principio.

El partido no daba para distracciones porque los atacantes, contrariamente de lo que pasaba con los que defendían, estaban muy despiertos. Y eso se vio en el gol que desequilibró el resultado. Porque el “malevo” tiró un centro que parecía que tenía como destino “saque de arco” para los de avellaneda, pero Hirsig se avivó y antes de que saliera la volvió a meter al medio del área, donde en medio de la confusión, Jonathan Bottinelli puso su cabeza para vencer por última vez a Ustari, y poner el 4-3 definitivo.


Al final los “santos” subieron nuevamente al cielo y condenaron a los diablos a arder en los infiernos. Había sido una semana muy hablada por el lado de los de Avellaneda, pero en Boedo el idioma que mejor se habla por estas épocas es el del fútbol, los muchachos de “don Ramón” respondieron con goles dentro de la cancha a los dichos de Burruchaga y Cía. Ah…luego hubo lugar para el festejo, y dentro del vestuario también recordaron los inoportunos comentarios del entrenador rojo...“es para vos, es para vos, che Burruchaga la p…que te parió.
Mariana Gentile

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