lunes, 5 de marzo de 2007

Tiene la fórmula


El ciclón volvió a destrozar a Boca, y jugó un partido en el que una vez más volvió a echarle el peso de la historia. Sufrió en un primer tiempo en el que pudo aprovechar una de las situaciones de gol que tuvo, y gozó en un segundo en el que despachó con goles al equipo de Russo. La diferencia en el marcador fue de tres goles, pero en el juego el equipo de Ramón pasó por arriba a los xeneises. Pudieron haber sido siete, pero los de Boedo le perdonaron la vida…ahora, la casa volvió a estar en orden…

La historia manda y eso volvió a quedar demostrado en la bombonera, San Lorenzo jugó el mejor partido de la era Ramón, justamente frente a Boca y se entona en la lucha por el campeonato. La formula?... Solo los santos la tienen.

Es difícil explicar las cuestiones de las paternidades y si bien no hay un manual en el cual se puedan consultar estas rarezas del fútbol. Hay ciertos aspectos que sirven para entenderlas minimamente. En el partido de ayer, San Lorenzo ganó con el apoyo total de la historia, y con el convencimiento de un grupo de jugadores agrandados por llevar puesta una camiseta que causa miedo y respeto por la ribera.

La espina del 1-7 del torneo pasado estaba clavada, el pueblo azulgrana sabía que “ese partido” había sido un cachetazo a la verdadera historia, y las ganas de reacomodar las cosas empezaron a latir. Los jugadores entendieron el mensaje y supieron canalizar en un partidazo todas las frustraciones pasadas, y transformarlas en una revancha que también pudiera pasar a la posteridad.

El partido no era sencillo, pero el equipo de “Ramón” supo ganarlo con un buen planteo y aprovechando los errores conceptuales, y el cansancio de Boca. Primero avisó con una jugada de Silvera, y después llegó el gol que comenzó a sentenciar las cosas. Gran Jugada que arrancó en la mitad de la cancha en los pies de Ezequiel Lavezzi, que siguió con una excelente habilitación de Cristian Ledesma, y que terminó con un desborde de Diego Rivero (caño incluido a Clemente Rodríguez) y centro para que el “pocho”, sólo, anote de cabeza su primer gol en el torneo. Tuvo alguna jugada en la que sintió zozobra, pero el equipo de Boedo (con la ayuda de la casaca azulgrana) pudo manejar el partido y llevarlo para el lado que más le convenía.

En la segunda mitad, el ingreso de Guillermo por Villafañe y la expulsión de Rodríguez le regalaron a San Lorenzo la posibilidad de empezar a borrar las sombras del 1-7, y así fue, primero Gastón Fernández, y luego, Andrés Silvera, anotaron en su cuenta personal y sentenciaron el 3 a 0 definitivo. A partir de allí, con Boca regalado, San Lorenzo hizo y deshizo a su antojo, fueron 20 minutos en el que cada llagada al área auriazul eran una cierta chance de riesgo a favor de los visitantes. San Lorenzo le perdonó la vida, o no lo supo definir, quizás no quiso seguir humillando a un equipo al que ha vapuleado en varias oportunidades en los últimos años…

La historia se escribe día a día, y en la retina quedará esta última conquista y borrará las viejas malas experiencias, San Lorenzo lo ganó a lo San Lorenzo, con mucho coraje, amor propio y pasajes de buen fútbol. Boca lo perdió a lo Boca (contra el ciclón), con confusión, siendo superado en todas sus líneas, con muestras de impotencia y con el peso de una camiseta que a través del tiempo sigue siendo impiadosa con la azul y oro. Fue triunfo, goleada y venganza, pero por sobre todas las cosas San Lorenzo volvió a ser San Lorenzo y Boca volvió a ser Boca…todo quedó en su lugar, porque una
vez más el ciclón demostró que es el único club que tiene la fórmula mágica para ganarle a…Junior.
Mariana Gentile

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